Gloria Reyes versus Margarita Cedeño

En modo alguno es un irrespeto entre mujeres ni mucho menos una ausencia de solidaridad por la equidad de género que una mujer enfrente con firmeza e inteligencia política a otra.

Cuando la Dra. Margarita Cedeño lanzó sus aspiraciones por la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, fui invitado ese mismo día a un programa radial a comentar el hecho y públicamente aplaudí su decisión. Es un tema de convicción personal: nuestro país merece que nuestras mujeres asuman un liderazgo destacado, incluso la presidencia de la República. 

Margarita versus Gloria

Mientras mis entrevistadoras consideraron su decisión muy a destiempo yo, por el contrario, la consideré positiva. La equidad de género es como el caminar, se demuestra andando.  Ahora bien, en ese mismo programa puntualicé que lo penoso no había sido su salida a tiempo o a destiempo de sus legítimas aspiraciones, sino sus destempladas declaraciones para la puesta en escena de su precandidatura. Su discurso, lamentablemente, no fue político, sino politiquero. La confrontación estéril como credo.

La Dra. Cedeño tiene experiencia de Estado, fue subconsultora jurídica del Poder Ejecutivo, asumió compromisos importantes como primera dama y ocho años en la vicepresidencia de la República. No es nada a subestimar. Pero realmente no comprendo la forma en que se está desenvolviendo en los últimos meses. En vez de presentarse como una mujer con experiencia y con vocación de poder, luce inmadura. Con arrebatos de política inexperta, en ocasiones risible. Debiera leer las declaraciones de un Juan Ariel Jiménez de su propio partido, para que vea maestría en el accionar público. 

Para resaltar su deficiencia ha sido confrontada desde el Gobierno, por una joven política inteligente y muy carismática, la Dra. Gloria Reyes, que sin ser ministra de gobierno ha asumido un liderazgo del que carecía la actual administración. En efecto, una de las deficiencias del gobierno del presidente Luis Abinader es la falta de voceros, además de la propia y de la vicepresidenta Raquel Peña, requiere de líderes que defiendan con soltura la presente gestión. 

Las respuestas no se han hecho esperar. Desde el litoral del PLD le han pedido públicamente a la Dra. Reyes “dejar tranquila a Margarita Cedeño que antes que pelearse respeta a todas las mujeres”, un pedido que en sí mismo denota una visión de inferioridad hacia la mujer. 

Evidentemente entre las últimas confrontaciones políticas, la más interesante es la que llevan a cabo Gloria Reyes y Margarita Cedeño. Obviamente esta última desea confrontar a Reyes pues su última declaración, haciendo alusión a que el Gobierno central, desde la Presidencia de la Republica, tenía una especie de complicidad nada más y nada menos que con el prestigioso diario norteamericano The Boston Globe para  “tapar los escándalos de Supérate” que precisamente dirige la Dra. Reyes es una muestra de su deseo de mantenerla como contrincante político. 

Declaración que encontró la respuesta obligada de Reyes, quien ha sido la gran beneficiada en términos políticos. Y que contrario a lo que opinan algunos, esta confrontación política entre Gloria Reyes y Margarita Cedeño sí es productiva y beneficiosa para la adultez de la equidad de género en nuestro país.  De la misma forma en que se analizan los intercambios y confrontaciones entre los hombres en nuestra arena, deben analizarse esos intercambios entre nuestras mujeres políticas. La clave es que la confrontación sea de contenidos, más neuronal y no reivindicar el modelo de debate superficial y hormonal de los hombres. 

En modo alguno es un irrespeto entre mujeres ni mucho menos una ausencia de solidaridad por la equidad de género que una mujer enfrente con firmeza e inteligencia política a otra. Por el contrario, es síntoma de nuestra madurez. Se analizan sus acciones políticas como entes políticos. No como mujeres ni como hombres. Es precisamente darles el mismo tratamiento lo que las mujeres quieren y merecemos todos.

El machismo es dejar de auspiciar que nuestras mujeres políticas tengan un debate de altura.

El machismo es que no valoremos ni nos regocijemos cuando nuestras mujeres quieran aspirar a la presidencia de la república. 

El machismo es creer que la Dra. Cedeño es débil o irrespetada ante la confrontación política de la Dra. Reyes. 

El machismo es creer que la Dra. Reyes debe quedarse callada y no salir a defender su gobierno frente a otra mujer. 

Bravo, las felicito a ambas, porque finalmente nuestro país va a la adultez política. Nosotros, la ciudadanía, merecemos que las mujeres se confronten políticamente con la misma libertad con que los hombres lo hacen.

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